Declaración de incapacidades

1. No sirvo para moverme entre la mafia de escritores que se entregan al grupúsculo, que no entusiasman a los lectores, que ya no los reclutan, que fustigan a todos y enaltecen a nada. No sirvo, señores, disculpen; no sirvo.

2. Es en serio, soy un perfecto inútil para ello. No tengo tiempo para embeberme en sus relaciones públicas, para ejercer la hipocresía y fingir que he leído a todos los finlandeses, australianos, escandinavos y suizos.

3. No puedo alabar a quien no conozco, sólo porque tiene un apellido raro o alguna vez, dicen, lo alabó Fuentes o Volpi.

4. Para que se me publicite como escritor no puedo, como algunos en mi generación, ejercer una prostitución moral o física.

5. Lamentable o afortunadamente me quedé en la etapa del monaguillo de 11 años, y lo peor es que ni siquiera puedo ser tan católico escritor como Chateaubriand.

6. No puedo, me resisto a mi realidad, me jalo los cabellos y quiero chillar de coraje porque no puedo escribir lo que sí quiero. Me es muy complicado ser tan sencillo. Ardo en un fuego verde que los demás no ven, que a veces ni yo mismo veo.

7. Dicen que soy un adulto, pero en mí sólo veo a un niño de veinticatorce años que no sabe rasurarse bien. Veo a un infante tras la pubertad con un dolor muy fuerte en la cintura y en la alegría.

8. Vivo engarruñado y con una acidez tremenda, a pesar de mi pequeñez. Es que soy un frutillo de manzano que no se atreve a caer entre los maduros podridos, un lector que se asoma al mundo de los dandis que viven de becas y mochadas de Conaculta y los institutos de cultura, que cenan con gobernadores para intercambiarse un prestigio que es como un tufo muy elaborado, mezcla de licor, colonias y orondas flatulencias.

9. Ya ni para desvelarme sirvo; sólo para llevar a mi niño a la guardería.

10. Será que en eso y en mi trabajo cotidiano pongo mi gozo, y no en las eventuales convenciones de caretas…

simitrio.quezada@ntrmedios.com

3 comentarios

  1. Nosotros no llevamos a la niña a la guardería.

    Pero para lo único que sirvo, y que me sale a la perfección, es para bailar con ella algunas canciones de Abba, Jovanotti, y Ace of Base. Lo que mi esposa no consiguió en diez años, mi hija lo ha logrado en uno: hacerme bailar ‘más o menos bien’.

  2. Es mejor una incapacidad declarada que andarlas dando por ahí a cambio de… eso.

    Para lo único que sirvo es para lo que me hace sentir bien, afortunadamente.

  3. Alejandra Romero Trejo · · Responder

    Lo primero que leí de usted, fue un libro del cual no logro recordar el nombre, pero si al personaje principal, una joven que se escondía bajo sus sabanas para escribir, como lo hago yo ahora, esa historia fue uno de mis primeros libros antes de convertirme en un ratón de biblioteca. Se lo agradezco, inconscientemente despertó en mí el exquisito sabor de las letras al ser creadas y leídas.

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